Las propiedades físicas están íntimamente relacionadas con la estructura de los polímeros: Los elastómeros y los termoplásticos están formados por polímeros lineales, estos pueden tener ramificaciones en sus cadenas pero carecen de enlaces covalentes. Sólo actúan en ellas las fuerzas de Van de Waals o enlaces de hidrógeno, que son fuerzas relativamente débiles y permiten que en caliente sean más o menos fluidos y se puedan moldear y estirar en forma de fibras.
Los termoestables están formados por polímeros tridimensionales. Éstos cuentan con fuertes enlaces covalentes que dan rigidez a la macromolécula. A consecuencia son insolubles en cualquier disolvente, bastante duros e infusibles.
Los polímeros son estructuralmente amorfos (consecuencia de que cuando el número de cadenas es muy elevado éstas se enrollan entre ellas) aunque diagramas de difracción de rayos X muestran la existencia de pequeñas regiones ordenadas, llamadas zonas cristalinas. Un polímero tendrá mayor o menor grado de cristalinidad dependiendo de que las zonas cristalinas estén desorientas u orientadas entre sí. Lo cual afectará a las propiedades físicas del polímero, tendrán mayor resistencia mecánica y un punto de fusión más elevado cuanto más cristalinos sean.
En general los polímeros lineales son más cristalinos que los polímeros tridimensionales.
En general los polímeros lineales son más cristalinos que los polímeros tridimensionales.